REVOLUCION DE LAS MARIONETAS

Entre luces y sombras rondan sus memorias. Cosas que tiene presentes y otras que no tanto, conciencia e inconciencia (a veces con ciertos rasgos de premeditación), como para tranquilizarse a si mismo sobre el funcionamiento de las cosas.
El día que él se fue no lo recuerda, solo sabe que sintió un vacío, el cual intenta llenar desde entonces con otras cosas.
Con la caída del telón, otra función más terminaba. Era esta una obra sin ensayos, basada en la capacidad de improvisación, y más que nada en el aprendizaje a través del error. Cómo siempre sabía que no estaba solo, acompañado por tantos amigos, como dioses a su alrededor que le inducían a actuar de ciertas maneras, según lo que ameritaba la situación y con la cautela necesaria para no perder de vista el objetivo, pero tampoco la norma.
Esa aguja que mece su intolerancia con tanta fuerza, le demuestra que el mecanismo tiene muchos planes para todos, aunque no muy diferentes unos de otros. Todo esto, asomaba para ser descubierto entre cada silbido del viento, entre cada sonrisa, colado entre los vasos, los besos y abrazos... (razones por las cuales algo podía convertirse en tolerable, donde el dolor no es tan fuerte, como tampoco lo son las emociones placenteras).
Admitirlo fue el primer paso, (si, fue jodido), muchas cosas alrededor, mucho para saber pero pocas preguntas para hacer con precisión. Todo parecía una pesadilla, imágenes que lo atormentan en los sueños, pero por suerte hoy sonó el despertador, se vistió como siempre y marchó al trabajo, fichó y se sintió contento de su ignorancia.