REVOLUCION DE LAS MARIONETAS III

ILUMINANDO UN POCO LA CAVERNA

Las calles vacías. Llenas de gente, de almas, vacías de espíritu... como atraídos por imanes cada uno sigue su carril sin salirse, sin molestarse. ¿Alguna vez miraron a la ciudad a los ojos? Da miedo. Cuando uno va por la calle y mira a la gente movilizada (quién sabe porque motores) se ve en sus ojos un vació, la nada. ¿Como es que un espíritu se pudre de tal manera que no queda en su mirada ni un solo rastro de ambición, de amor, de odio, de dolor, de nada?... es como estar rodeado de oscuridad, donde no podemos vernos, pero tampoco sentir a los otros.
Existen un éxodo individual a lugares donde uno siente que hay algo esperando, siempre ahí, a que uno llegue y lo haga revivir. Lugares donde uno se hace mortalmente inmortal (?), esos lugares donde uno revive, deja de ser un ente para tomar una forma, un color, pero donde el paso del tiempo se olvida. Perdido en una mirada, un aroma, un sonido, una voz, una textura. Es el momento donde uno cierra los ojos y siente el viento alrededor del cuerpo, buscando llevarlo a ningún lado... aunque no haya viento.
Ahí es donde reconocemos lo que nos falta, donde sentimos la verdadera pérdida de la libertad, cuando uno quiere tirar todo a la mierda para poder estar ahí unos segundos más.

Hoy se quedó hasta tarde, no sabe si mañana va a trabajar... para ver como reacciona "la máquina" con una pieza menos en el engranaje. La respuesta ya la sabe, pero igual tiene curiosidad. Después de todo se trata de improvisar ¿no?