El anden que estaba desierto a la hora de llegar a la estación fue llenándose de almas que esperaban ansiosas como nosotros escapar de rutinas aburridas por unos días. Con la llegada del tren se conmocionó todo, había que encontrar el vagón y el asiento, acomodar los bolsos y esperar que el tren partiera. Los 50 metros entre el banco del anden y el vagón del tren donde tenía mi lugar fueron largos y molestos, sobre todo si se carga con una mochila y bolsos de un peso que no estas acostumbrado a llevar y si tenes que caminar entre una multitud que está (también) apurada y con ese objetivo por cumplir.
Ya una vez acomodados y con el tren marchándose de la estación de Rafaela, mis ojos se concentraron en ver a la gente que nos acompañaba, quienes eran los que iban a ser nuestros compañeros de ruta (o mejor dicho de vías) por las siguientes 18 horas. Tengo que aceptar que la desconfianza era grande pero a medida que pasábamos estaciones y sumábamos kilómetros, esa incertidumbre sobre la convivencia en el viaje se fue tornando en confianza y buena onda.
El paisaje dentro del vagón y del tren en general no parecía amistoso de entrada (por lo menos para mi), cada uno estaba dentro de sus problemas y así como había gente que escapaba también había quienes volvían. La noche fue larga pero rescatable, (con guitarra, mates, amigos y unas cartas de truco todo es posible); pero ojo, no todo era tan criollo, los mp3 que llevamos varios ayudaron a que la convivencia no se tornara un infierno de entrada, como también la musica nos ayudó a varios a dormir para pasar las horas, a medida que la diversión se nublaba por el sueño.
miércoles, 31 de enero de 2007
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3 comentarios:
que hago a esta hora pasando por acá.. no sé.. pero bue.. encontré una actualización :D... jejje
me alegro mucho de que hayas podido disfrutar ese viaje, son experiencias increíbles...
ayer justamente escuché un frase que decía que uno nunca es el mismo después de un viaje, nunca vuelve igual...
espero que hayas vuelto lleno de cosas buenas, lleno de sonrisas,lleno de amistad,lleno de anécdotas, lleno de música, lleno de vida...
porque todas estas cosas nos ayudan a sobrellevar mejor la rutina cuando volvemos no? jejje... nos queda toodo un año por delante...
te quiero amigoo, sé feliz.
Coincido totalmente con el comentario de Carli, si una experiencia no te transforma quiere decir que no la hubo, porque creo que la revolución, esa utopía pos romántica, no es viable sin la interpretación e incidencia de un sujeto sobre ese concepto vago que han dado en llamar REALIDAD. Un abrazo Bern, quiero más historias de viaje.
bueno querido, aunque t escuché narrar esta misma historia oralmente( y era genial ver tu cara de entusismo cuando lo contabas) ... está bueno organizar las ideas por escrito...es algo q te sale bastante bien a mi entender.
me alegro de q hayan podido disfrutar de semejante experiencia con los chicos...( q argentino q ama a su país no delira con eso???)
Tb lei" los hijos del sol"... ¿q puedo decirte más q con vos siempre termino aprendiendo algo nuevo?
cuidate!
tqm.
...RO...
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